7.19.2006

 

La caja de Pandora de la contrainsurgencia. De la Brigada Blanca a Los Zetas.

Publicado en la edición 14 de Entre Líneas
“Cuando estalla el trueno
ya es demasiado tarde
para taparse los oídos”
El arte de la guerra, Sun Tzu
Por Emmanuel Robles Mellín

“Un pueblo que no conoce su historia esta condenado a repetirla”, dice una cita popular, pero hay lecciones de historia que el gobierno no ha aprendido, puesto que sigue cometiendo el mismo error. A lo que me refiero es la decadencia en que han caído los grupos diseñados por el gobierno y las fuerzas armadas para funcionar como tropas de contrainsurgencia.

La violencia institucionalizada ha sido una característica del Estado Mexicano y con ella pretende contener a los grupos inconformes, desafortunadamente para todos nosotros, esa violencia no soluciona el problema, ya que únicamente esta podría cortar la planta, pero nunca a través de la violencia que ejerce el Estado se ha logrado acabar con la raíz de los movimientos sociales

Y eso se debe a que raíz se encuentra en las pésimas condiciones sociales e injusticia en que viven los sectores de la población donde se encuentran estos “focos rojos”. El ejercito, la policía, o las fuerzas especiales, podrán barrer la insurrección militarmente, pero si no se hace nada por cambiar las condiciones que provocan la radicalización de sectores desposeídos del país, esta resurgirá una y otra vez.

En el caso de los movimientos guerrilleros en México, estos siempre han surgido como la última alternativa, el resultado del agotamiento de los cursos legales para la solución de los problemas. Ejemplo de ello fue el Grupo Popular Guerrillero que asalto el cuartel Madera en Chihuahua en 1965, (dando inicio a la guerrilla moderna en México) lo hizo por condiciones similares por las que se levantó el pueblo de Tomochic en 1891, durante el porfiriato, y también por lo que lo hicieron los Villistas en la Revolución Mexicana (explotación de los recursos naturales por compañías extranjeras, latifundios, violencia de los caciques y corrupción de las autoridades. Tomochic y Madera están en la misma zona de la Sierra Madre Occidental)

Asimismo las guerrillas de Genaro Vázquez con la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria (ACNR) y Lucio Cabañas con la Brigada Campesina de Ajusticiamiento del PDLP (Partido de los Pobres) que operaron por los años sesentas y setentas en las mismas zonas donde actualmente se encuentran activos el Ejército Popular Revolucionario (EPR) y el Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente (ERPI).

El ejército federal acabó militarmente a las guerrillas de Genaro y Lucio, pero el gobierno no cambió las condiciones de los estados de Guerrero y Oaxaca, que siguen siendo, junto con Chiapas, de los más pobres del país, y es ahí donde surgen los grupos guerrilleros.

Además existe otro gran problema histórico implicado con la solución militar de los conflictos internos, y es la degeneración en que han caído los grupos militares diseñados para acabar con la insurgencia

El Batallón Olimpia, que actuó en la matanza de Tlatelolco en 1968 y Los Halcones en la riza de 1971, fueron los primeros grupos de carácter paramilitar, formados por elementos de diversas corporaciones, (el ejército, la policía, la Dirección Federal de Seguridad) pero tal vez el más famoso por la corrupción en que cayeron sus mandos fue la Novena Brigada de la División de Investigaciones para la Prevención de la Delincuencia, mejor conocida como la Brigada Blanca.

Creada durante el sexenio de Luis Echeverría, esta corporación se integró con los elementos más destacados de la policía y el ejército. Su función principal fue acabar a cualquier precio con la guerrilla urbana, y para ello se especializaron en operaciones de contraguerrilla, recibieron cursos de entrenamiento en Irlanda, el Líbano y Sudamérica.

Durante la llamada guerra sucia, la Brigada Blanca actuó como escuadrón de la muerte, utilizó todo tipo de torturas y disfrutó de la impunidad total, detuvieron y torturaron a guerrilleros, presentaron algunos ante el ministerio público, a otros simplemente los asesinaron. Los cadáveres o bien desaparecían o eran arrojados a las calles como advertencia. El mismo adjetivo de Blanca indicaba que este grupo operaba con carta blanca, ya que sus acciones ilegales eran borradas por el gobierno(1).

Sin embargo durante esta lucha ilegal contra la insurgencia, la Brigada Blanca fue revolviéndose con el narcotráfico, lo que conllevó a su posterior desaparición en 1983. De sus mandos, los ejemplos de corrupción abundan: Arturo “El Negro” Durazo Moreno, Jefe de la Policía y Tránsito del D. F., fue arrestado por corrupción y narcotráfico en el sexenio De la Madrid; el responsable de la Dirección Federal de Seguridad, José Antonio Zorrilla Pérez, cumple una condena de 40 años por homicidio en contra de un periodista; el Jefe de la Policía Judicial del D. F., Jesús Miyazawa Álvarez, fue procesado por secuestro; los generales Francisco Quiroz Hermosillo y Mario Arturo Acosta Chaparro, jefes de operaciones de la Brigada, fueron arrestados en el año 2000 acusados de nexos con el narcotráfico (2).

Es enorme la capacidad de violencia y corrupción del narcotráfico que ha penetrado en muchas de las instituciones de gobierno, y el ejército mexicano no es la excepción, y no se limita a unas cuantas “manzanas podridas”. Aparte de los generales mencionados, recordemos que en octubre del 2002, fue desmantelado el 65 Batallón de Infantería en Guamuchil, Sinaloa, todo un batallón, ¡estamos hablando de más de 600 elementos de un sólo golpe! Sin embargo lo que caracteriza y hermana más a la Brigada Blanca y los sicarios conocidos como los Zetas, es que ambos fueron creados como grupos diseñados para la contrainsurgencia.

Los antecedentes de las Fuerzas Especiales se remontan a las unidades de Fusileros Paracaidistas que fueron usadas en los años 50, contra los movimientos sindicalistas y estudiantiles, durante los combates contra la guerrilla en Guerrero se utilizó a unidades regulares, sin embargo las tropas aerotransportadas fueron también llevadas a las zonas de guerrilla debido a su alta movilidad y contribuyeron al cerco que eliminó a los grupos insurgentes.

Fue el surgimiento del narcotráfico como una amenaza a la seguridad nacional la que contribuyó a la creación de nuevas fuerzas de élite en el ejército durante los gobiernos de Miguel de la Madrid y Carlos Salinas, que fueron los Escuadrones Aéreos de Operaciones Especiales y posteriormente los Grupos Aeromóviles de Fuerzas Especiales o GAFES

Es este último el grupo de donde se originaron los Zetas. El número de GAFES se incrementó considerablemente durante las administraciones de Enrique Cervantes y Vega García en la Secretaría de la Defensa Nacional. La misión de estas fuerzas es la de “realizar operaciones de contraguerrilla, de interdicción y hostigamiento, patrullaje, captura y control de pequeñas áreas, tanto de zonas urbanas como rurales, entre otras” aunque el discurso es de que combaten al narcotráfico, lo cierto es que su formación es mas bien contrainsurgente y han participado en operaciones contraguerrilleras en Chiapas, durante el alzamiento de 1994, y un año después en la Operación Arcoiris (de la cual no lograron capturar a la dirigencia zapatista).

Los primeros GAFES fueron entrenados en la tristemente célebre Escuela de las Ameritas en Fort Bennig, Georgia (Durante la guerra fría dicha escuela entrenó a los más famosos dictadores y torturadores de América Latina) por los “Green Berets”.

Lo paradójico es que esta unidad de élite terminó a sueldo de los propios narcotraficantes a los que supuestamente iban a combatir. El Cártel del Golfo coptó a algunos elementos y desde el 2003 “los Zetas” como se hacen llamar (lo de “Z” se debe a que a si se identifican entre ellos, la Z y un número indican el rango en su organización) han dado de que hablar.

Su base principal se ubica en el estado de Tamaulipas, la ciudad de Nuevo Laredo se ha convertido en ocasiones en la tierra de nadie donde estos grupos altamente entrenados para operaciones especiales actúan eliminando a la competencia de otros cárteles, brindado protección como guardaespaldas, de transporte o de intimidación y aunque el gobierno no quiera admitirlo, por su entrenamiento con diferentes tipos de armamento especializado son eficaces en la mayoría de sus operaciones.

En lo que va de este año, más de 100 personas han sido ejecutadas en Nuevo Laredo, eso a pesar de que la ciudad se encuentra dentro del operativo “México Seguro” y de la constante militarización de esa ciudad fronteriza, donde ya es común ver a los militares cumpliendo funciones de policía y a la población acostumbrándose a este estado de sitio.

El gobierno no tiene idea de cuantos ex gafes se encuentran al servicio del narcotráfico (por lo visto tampoco tiene muchas otras buenas ideas) y el ejército tampoco a dado a conocer cifras, pero se calcula que tal vez uno o dos centenares de ex militares forman parte de los Zetas y estos “rambos” son los que enseñan a la nueva generación de brazo armado del narco(3).

Finalmente esa es la paradoja, es la caja de pandora del mismo gobierno, que al optar por la solución armada a los conflictos sociales crea otra cabeza más de la hidra y trae mas calamidades tanto al gobierno como a la población. ¿Acaso nuestros gobernantes desconocen la historia? Porque tal parece que optan por repetirla con los mismos errores que las generaciones pasadas. La represión de los mineros en Michoacán y la actuación de la Policía Federal contra los habitantes de San Salvador Atenco, es la última muestra de que para el gobierno sólo parece existir la opción más estúpida y violenta como “solución a los conflictos”. Sin querer ser alarmista me pregunto que seguirá, ¿soldados con bayoneta calada en la esquina de mi calle…?


Notas:
1 Jose Luis Sierra Guzmán, El enemigo interno. Contrainsurgencia y Fuerzas Armada en México, México, Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Iberoamericana, Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, Centro de Estudios Estratégicos de América del Norte, 2003, pp. 104 -106
2 Idem, y Javier Ibarrola, El ejército y el poder. Impacto e influencia política en el México moderno, México, Océano, 2003, pp.320-354. En este último, el autor expone el malestar de las fuerzas armadas ante los proceso de los militares Rebollo, Quiroz y Acosta.
3 Jesus Aranda , “Ser implacables con ex gafes que delinquen, código no escrito del Ejército Mexicano,” La Jornada, 8 de agosto del

6.07.2006

 

Una guerra contra el olvido: La lucha por la memoria histórica

En estos tiempos en que la televisión forma parte común de nuestra vida surgen las interrogantes de ¿Cómo aborda este medio a la historia de nuestro país?, ¿estará limitada la historia del México del nuevo siglo a los documentales que Enrique Krause y el grupo Televisa decidan trasmitir?, ¿o a las “novelas históricas” que esa empresa elabora para no pagar impuestos? es decir que tendremos con la “Ley Televisa” una versión donde predominara una historia elaborada para agradar a los grupos de poder, empresarios o líderes políticos.Aclaro que la televisión no es la Secretaría de Educación Pública, no tiene la misión de educar, ni mucho menos enseñar historia a los mexicanos, pero la influencia que este medio masivo de comunicación tiene en las vidas de los mexicanos es impactante (de no ser así, los políticos no gastarían inmensas fortunas en los spot de televisión intentando convencernos de que ellos si pueden o si saben como hacerlo o últimamente en descalificar a sus opositores)Desafortunadamente las cosas en las aulas no pintan nada bien, y es poco lo que se puede hacer en estas para ampliar el conocimiento histórico de la gente, asimismo recordemos que no todos lo mexicanos van a la escuela y además de que hay planes de reformas educativas donde desaparece la asignatura de Historia o libros en los que se esfuman personajes históricos (desde Canek hasta Juárez), y aparecen otros (desde Vicente Fox hasta Juan Pablo II)No soy muy afín a las teorías de conspiración, pero creo que en ésto hay una intención por parte de ciertos sectores de que la gente olvide su historia o parte de ella y me pregunto el ¿por qué?A Jospeh Gobbels, ministro de propaganda del 3er. Reich se le adjudica la frase “di una mentira mil veces y la conviertes en verdad”. Ahora bien, que tal si no dices la mentira sino que dices verdades a medias, o bien que tal si no dices nada y dejas que el pasado empiece a ser olvidado, sobre todo si este es un pasado incomodo para la clase gobernante y los grupos de poder, y al hablar de esto me refiero a una historia contraria a esa historia oficial, donde los actores no son únicamente aquellos “héroes que nos dieron Patria”, sino también donde se aprecia como protagonistas al pueblo y sus formas de organizarse, de resistir, esa historia que enseña que los derechos de los ciudadanos, no son dádivas que del gobierno, sino productos de diversas luchas que han costado la sangre de obreros, campesinos e indígenas, sólo por mencionar algunos de estos grupos que son aludidos sólo como relleno de la obra y no con la verdadera importancia de su papel histórico.Entonces tal vez la intención de hacernos olvidar el pasado es que se cumpla una de las grandes paradojas de nuestro tiempo: hay más pobres que nunca, y menos rebeldes de los que hubo jamás, millones de condenados de la tierra se mantienen tranquilos desde el punto de vista político(1). Y a los poderosos les gustaría que esto continuara de la misma manera, así que entre todos los métodos pretenden utilizar para ello, incluyen el olvido, manipulación de la historia, o como diría Francis Fukoyama, es el fin de la historia y no hay más opción que estar bajo el sistema capitalista. Pero la historia no a acabado y entre las múltiples maneras de interpretar la historia hay que recordar que no es exclusiva para el servicio de los poderosos, sino que también “para los oprimidos y perseguidos el pasado ha servido como memoria de su identidad y como fuerza emotiva que mantiene vivas sus aspiraciones de independencia y liberación.”(2) Es por eso, que los movimientos de resistencia y antisistemáticos tienen su propia forma de ver y contar la historia. Ante la historia oficial y televisada, se antepone la de las tradiciones orales que pasan de generación en generación y la de la cultura popular.

Ejemplo de esto es la cultura indígena donde “el tiempo tiene otra naturaleza, y es uno de los secretos de la resistencia cultural y de la capacidad combativa de esos pueblos. Para ellos el pasado se encuentra en otra dimensión que sigue coexistiendo con el presente. La memoria indígena es un proceso de revitalización del pasado. Las festividades, las danzas, los rezos, la tradición oral, son la fuerza de una memoria que se comunica con esta otra dimensión en que las cosas siguen vivas. Por ello, cuando hablan de Emiliano Zapata o de héroes de la remota Conquista, de la Independencia o del siglo XIX, están hablando de una fuerza que se mantiene viva. En esa otra dimensión del mundo el tiempo no transcurre o es simultáneo, y por ello el pasado convive con lo que estamos viviendo ahora. Así sucede con la memoria de sus luchas agrarias”.(3)Esta visión del pasado va más allá que un intento nostálgico de reconstruir la sociedad de antes, no se trata de un retorno al status quo previo a la llegada de los españoles, eso sería (aparte de imposible) una visión simplista de la forma en que los grupos indígenas ven la utilidad de su historia. En la historia indígena también podemos apreciar como ellos adquieren nuevos elementos que integran otras formas de lucha o de resistencia, que van desde la adaptación de las armas de fuego introducidas por los conquistadores hasta la “otra campaña” donde los zapatistas intentan aglutinar a diversos sectores de la población, no únicamente indígenas sino todos aquellos que de alguna u otra forma resisten y están en contra del sistema neoliberal.No se trata de emisarios del pasado ni de rebeldes primitivos, se trata de nuevas formas de lucha y de una guerra contra el olvido, ese olvido que se intenta imponer desde arriba, se trata de recuperar la memoria histórica y de ver el papel de todos los sectores participantes en los diversos procesos que han formado nuestro país.En otras palabras es reconstruir la historia restituyéndole su dimensión profunda como una historia crítica que esta vinculada a los movimientos sociales actuales y a las urgencias y demandas principales del presente, de una forma que pueda contribuir a la construcción de un futuro menos incierto para las clases desposeídas, que son, la mayoría de los mexicanos.
¡Viva Zapata cabrones!

 

La Reforma Integral Educativa como el nuevo discurso del poder o lo que es lo mismo “la destrucción del pasado…”

“Quien controla el pasado controla el futuro,
quien controla el presente controla el pasado”
1984. George Orwell


Por Emmanuel Robles Mellín

Hay un aspecto que ha provocado gran controversia sobre la “Reforma Integral Educativa” en la educación básica a nivel secundaria y es la virtual desaparición de toda la historia hasta el siglo XV. Esta reforma es impulsada por el gobierno del presidente Vicente Fox y esta proyectada para iniciar en el ciclo escolar 2005-2006.
Mientras que en el actual programa esta disciplina es cursada en los tres años que dura el nivel de educación secundaria de la siguiente manera, los dos primeros años se dedican a la Historia universal y el tercero a la Historia de México, con la mencionada reforma se pretende que la materia de historia únicamente se imparta en el segundo año de secundaria.
De entrar en vigor la reforma acoplaría en un solo año la Historia universal y la Historia de México pero a partir del siglo XV, porque toda la historia anterior ya no será vista en la educación secundaria. Así de un golpe y tirón desaparecen: la prehistoria, las civilizaciones mesopotámicas, las culturas clásicas, Grecia, Roma, India, China, la historia del pueblo judío, la Edad Media y también todas las culturas prehispánicas de América.
Por ejemplo, en la historia correspondiente a México esta empezará con la llegada de Hernán Cortés, así que hay que darle su despedida a la cultura Olmeca, Tolteca, Maya, entre otras (si ya cortamos al águila del escudo nacional quitándole el nopal, ¿porque no aprovechamos la ocasión y también eliminamos la historia de esa águila? supondrá algún ideólogo del gobierno) Este discurso histórico trae consigo una fuerte manipulación partidista y no es algo que se pretenda ocultar entre líneas, ya que si bien desaparecen de la enseñanza de la historia todas aquellas culturas clásicas, en cambio hay otros procesos históricos a los que se da una relevancia inusitada, siguiendo con el ejemplo, la historia patria terminara con la supuesta transición democrática en México en el año 2000, es decir, con la llegada al poder de Vicente Fox y el PAN.
El interés de conservar el poder y el orden establecido orientan a hacer de la historia una ideología de justificación del estado de las cosas y la convierten en un discurso de poder.[1] Desproporciona a la historia de toda crítica y la convierte en historia de bronce, historia oficial, es decir en una historia escrita por los vencedores, hecha para argumentar su permanencia en el poder.
El reinventar el pasado no es ninguna practica nueva en nuestro país, si bien todas las naciones han tenido sus historias manipuladas por la clase dominante, en México la distorsión y destrucción de la historia se puede remontar a una de las culturas prehispánicas que hoy en día se pretende desaparecer de la secundaria, los Mexicas también conocidos como Aztecas.
Izcóatl, 4to. Rey del Imperio Azteca mando quemar los antiguos códices y remplazarlos por otros. La razón muy simple, en los códices destruidos se contaba muy poco sobre el pueblo Azteca, así que cuando por fin se adueñaron del valle de México, decidieron contar una historia que justificara su poder, remplazaron los códices e inventaron todo un discurso ideológico, el pueblo elegido por el Dios Huzchilopoztli, la fundación de su ciudad donde un águila devorara a una serpiente y la necesidad de mantener vivo al sol a través de sacrificios humanos.
La historia ha sido rescrita por el grupo en el poder que de esa manera legitima su dominación (sin olvidar el uso de la fuerza, claro esta). Es así que cuando los Mexicas fueron derrotados por los españoles estos últimos impusieron su versión de la historia, luego después de trescientos años, al lograr la independencia del domino español, los criollos escribieron otra versión de la historia y así sucesivamente. Enumerar las alteraciones que han hecho los diferentes grupos de poder en nuestro país llevaría un buen tiempo y espacio.
Es paradójico que en pleno siglo XXI a los indígenas mexicanos en lugar de ser incorporados al discurso histórico como actores se les quiera excluir incluso del papel que marginal e irrelevante han tenido en la historia oficial como sujetos pasivos y receptores.[2] Ahora sencillamente para los impulsores de la reforma educativa el indígena ya no tiene un pasado, carece por completo de él, las pirámides de Teotihuacan deben ser obra de los extraterrestres o bien son un bonito fondo para el Wallmart que se pretende construir a un lado de la zona arqueológica. 10 millones de indígenas se van a quedar sin origen y 90 millones de mexicanos sin identidad nacional.
El subsecretario de educación Básica y Normal Lorenzo Gómez-Morín Fuentes, afirma que no desaparece ningún contenido educativo, sino que simplemente se distribuyen en los diversos niveles de la educación básica, y como ya se ve en la primaria la historia hasta el siglo XV, en los últimos tres grados, a ojo de Goméz-Morín la historia en la secundaria resulta redundante.
También hay que notar que en el documento base de la Reforma Integral de la Educación Secundaria, menciona que unos de los factores importantes de la deserción escolar es el poco o nulo gusto de los jóvenes por la escuela[3] (Seguramente los alumnos de secundaría estarán hartos ya de esas culturitas prehispánicas que vienen viendo desde primaria y al encontrarlas de nuevo en la secundaria no logran soportarlas por lo que mejor deciden salirse de la escuela, si ese debe ser el motivo de la deserción escolar y no las condiciones socioeconómicas del país). Y que a pesar de las reformas que anteriormente se han implementado se sigue enseñando a los alumnos un poco de todo.[4] Eso nos lleva a otro término polémico de la reforma: El enciclopedismo, que es según el subsecretario cuando se abarca mucho, pero se profundiza poco en los temas.
Enciclopedismo es el contenido que se ve en la secundaría comento Gomez-Morín, aunque después dijo que siempre no, que el nunca había mencionado esa palabra y que en ningún documento de la reforma educativa que se ha hecho público aparecía ese termino.[5] Este es un dato curioso y no es por llevarle la contra al ilustre nieto del fundador del PAN, pero al menos en el mencionado documento base, que esta fechado en Noviembre del 2002 el termino enciclopedismo aparece varias veces.[6]
Es muy cierto que nuestro país necesita una reforma educativa, pero dudo mucho que la solución a los problemas escolares se encuentre en hacer cortes históricos, reducir materias o privatizar la educación, tampoco creo que se logre con cambiar las horas de Matemáticas por las de Historia, o de Física por Química. Más bien hay que profesionalizar a la planta docente, proporcionarle el material adecuado y los recursos económicos para que el profesor no ande desplazándose de una escuela a otra para conseguir mejorar sus ingresos. Hay que dotar de los instrumentos necesarios a los alumnos para que ellos puedan tomar decisiones razonadas y esto sólo se logra teniendo una firme base de conocimiento.
En realidad ¿Cuál es el propósito de reestructurar el plan educativo? ¿El gobierno cree en verdad que quitando materias se abatirá el ausentismo y deserción? ¿Terminaran los malos salarios del magisterio? Y que hay de la necesidad de más espacios escolares, la demanda educativa y los altos índices de analfabetismo ¿Se acabaran acaso como por arte de magia cuando se deje de enseñar historia? Que proyecto de país se pretende obtener cuando quitas la identidad nacional, porque si dejamos de instruir a los estudiantes sobre las culturas prehispánicas estamos atentando contra parte de nuestra identidad como mexicanos y sumiendo a la población en la ignorancia.
Ray Bradbury escribió en su novela futurística Fahrenheit 451 algo que espero este muy lejos de nosotros, dice: “Los años de Universidad se acortan, la disciplina se relaja, la Filosofía, la Historia y el lenguaje se abandonan, el idioma y su pronunciación son gradualmente descuidados. Por último, casi completamente ignorados. La vida es inmediata, el empleo cuenta, el placer lo domina todo después del trabajo. ¿Por qué aprender algo, excepto apretar botones, enchufar conmutadores, encajar tornillos y tuercas?”.
Menos mal que el futuro aun no nos alcanza, ¿o si?...



[1] Adolfo Gilly “La historia como crítica o como discurso del poder” en Historia ¿Para que?, Carlos Pereyra, et. al., México, Siglo XXI, 1988, p. 200
[2] Crf. Carlos Antonio Aguirre Rojas, Antimanual del mal historiador o cómo hacer una buena historia crítica, México, La Vasija, 2002, pp 12-13
[3] Documento Base Reforma Integral de la Educación Secundaria. Subsecretaría de Educación Básica y Normal. Noviembre 2002, p. 7, en http://www.sep.gob.mx
[4] Ibid., p. 19 en cursivas el original
[5] Entrevista de Claudia Hernandez Beltrán, La Jornada, 22 de junio de 2004, Judith Amador Tello, “Reforma, sólo si hay consenso”, Semanario Proceso No. 1445 11 de julio de 2004, p.58
[6] doc. cit., Documento Base…pp. 20 y 22

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