6.07.2006

 

La Reforma Integral Educativa como el nuevo discurso del poder o lo que es lo mismo “la destrucción del pasado…”

“Quien controla el pasado controla el futuro,
quien controla el presente controla el pasado”
1984. George Orwell


Por Emmanuel Robles Mellín

Hay un aspecto que ha provocado gran controversia sobre la “Reforma Integral Educativa” en la educación básica a nivel secundaria y es la virtual desaparición de toda la historia hasta el siglo XV. Esta reforma es impulsada por el gobierno del presidente Vicente Fox y esta proyectada para iniciar en el ciclo escolar 2005-2006.
Mientras que en el actual programa esta disciplina es cursada en los tres años que dura el nivel de educación secundaria de la siguiente manera, los dos primeros años se dedican a la Historia universal y el tercero a la Historia de México, con la mencionada reforma se pretende que la materia de historia únicamente se imparta en el segundo año de secundaria.
De entrar en vigor la reforma acoplaría en un solo año la Historia universal y la Historia de México pero a partir del siglo XV, porque toda la historia anterior ya no será vista en la educación secundaria. Así de un golpe y tirón desaparecen: la prehistoria, las civilizaciones mesopotámicas, las culturas clásicas, Grecia, Roma, India, China, la historia del pueblo judío, la Edad Media y también todas las culturas prehispánicas de América.
Por ejemplo, en la historia correspondiente a México esta empezará con la llegada de Hernán Cortés, así que hay que darle su despedida a la cultura Olmeca, Tolteca, Maya, entre otras (si ya cortamos al águila del escudo nacional quitándole el nopal, ¿porque no aprovechamos la ocasión y también eliminamos la historia de esa águila? supondrá algún ideólogo del gobierno) Este discurso histórico trae consigo una fuerte manipulación partidista y no es algo que se pretenda ocultar entre líneas, ya que si bien desaparecen de la enseñanza de la historia todas aquellas culturas clásicas, en cambio hay otros procesos históricos a los que se da una relevancia inusitada, siguiendo con el ejemplo, la historia patria terminara con la supuesta transición democrática en México en el año 2000, es decir, con la llegada al poder de Vicente Fox y el PAN.
El interés de conservar el poder y el orden establecido orientan a hacer de la historia una ideología de justificación del estado de las cosas y la convierten en un discurso de poder.[1] Desproporciona a la historia de toda crítica y la convierte en historia de bronce, historia oficial, es decir en una historia escrita por los vencedores, hecha para argumentar su permanencia en el poder.
El reinventar el pasado no es ninguna practica nueva en nuestro país, si bien todas las naciones han tenido sus historias manipuladas por la clase dominante, en México la distorsión y destrucción de la historia se puede remontar a una de las culturas prehispánicas que hoy en día se pretende desaparecer de la secundaria, los Mexicas también conocidos como Aztecas.
Izcóatl, 4to. Rey del Imperio Azteca mando quemar los antiguos códices y remplazarlos por otros. La razón muy simple, en los códices destruidos se contaba muy poco sobre el pueblo Azteca, así que cuando por fin se adueñaron del valle de México, decidieron contar una historia que justificara su poder, remplazaron los códices e inventaron todo un discurso ideológico, el pueblo elegido por el Dios Huzchilopoztli, la fundación de su ciudad donde un águila devorara a una serpiente y la necesidad de mantener vivo al sol a través de sacrificios humanos.
La historia ha sido rescrita por el grupo en el poder que de esa manera legitima su dominación (sin olvidar el uso de la fuerza, claro esta). Es así que cuando los Mexicas fueron derrotados por los españoles estos últimos impusieron su versión de la historia, luego después de trescientos años, al lograr la independencia del domino español, los criollos escribieron otra versión de la historia y así sucesivamente. Enumerar las alteraciones que han hecho los diferentes grupos de poder en nuestro país llevaría un buen tiempo y espacio.
Es paradójico que en pleno siglo XXI a los indígenas mexicanos en lugar de ser incorporados al discurso histórico como actores se les quiera excluir incluso del papel que marginal e irrelevante han tenido en la historia oficial como sujetos pasivos y receptores.[2] Ahora sencillamente para los impulsores de la reforma educativa el indígena ya no tiene un pasado, carece por completo de él, las pirámides de Teotihuacan deben ser obra de los extraterrestres o bien son un bonito fondo para el Wallmart que se pretende construir a un lado de la zona arqueológica. 10 millones de indígenas se van a quedar sin origen y 90 millones de mexicanos sin identidad nacional.
El subsecretario de educación Básica y Normal Lorenzo Gómez-Morín Fuentes, afirma que no desaparece ningún contenido educativo, sino que simplemente se distribuyen en los diversos niveles de la educación básica, y como ya se ve en la primaria la historia hasta el siglo XV, en los últimos tres grados, a ojo de Goméz-Morín la historia en la secundaria resulta redundante.
También hay que notar que en el documento base de la Reforma Integral de la Educación Secundaria, menciona que unos de los factores importantes de la deserción escolar es el poco o nulo gusto de los jóvenes por la escuela[3] (Seguramente los alumnos de secundaría estarán hartos ya de esas culturitas prehispánicas que vienen viendo desde primaria y al encontrarlas de nuevo en la secundaria no logran soportarlas por lo que mejor deciden salirse de la escuela, si ese debe ser el motivo de la deserción escolar y no las condiciones socioeconómicas del país). Y que a pesar de las reformas que anteriormente se han implementado se sigue enseñando a los alumnos un poco de todo.[4] Eso nos lleva a otro término polémico de la reforma: El enciclopedismo, que es según el subsecretario cuando se abarca mucho, pero se profundiza poco en los temas.
Enciclopedismo es el contenido que se ve en la secundaría comento Gomez-Morín, aunque después dijo que siempre no, que el nunca había mencionado esa palabra y que en ningún documento de la reforma educativa que se ha hecho público aparecía ese termino.[5] Este es un dato curioso y no es por llevarle la contra al ilustre nieto del fundador del PAN, pero al menos en el mencionado documento base, que esta fechado en Noviembre del 2002 el termino enciclopedismo aparece varias veces.[6]
Es muy cierto que nuestro país necesita una reforma educativa, pero dudo mucho que la solución a los problemas escolares se encuentre en hacer cortes históricos, reducir materias o privatizar la educación, tampoco creo que se logre con cambiar las horas de Matemáticas por las de Historia, o de Física por Química. Más bien hay que profesionalizar a la planta docente, proporcionarle el material adecuado y los recursos económicos para que el profesor no ande desplazándose de una escuela a otra para conseguir mejorar sus ingresos. Hay que dotar de los instrumentos necesarios a los alumnos para que ellos puedan tomar decisiones razonadas y esto sólo se logra teniendo una firme base de conocimiento.
En realidad ¿Cuál es el propósito de reestructurar el plan educativo? ¿El gobierno cree en verdad que quitando materias se abatirá el ausentismo y deserción? ¿Terminaran los malos salarios del magisterio? Y que hay de la necesidad de más espacios escolares, la demanda educativa y los altos índices de analfabetismo ¿Se acabaran acaso como por arte de magia cuando se deje de enseñar historia? Que proyecto de país se pretende obtener cuando quitas la identidad nacional, porque si dejamos de instruir a los estudiantes sobre las culturas prehispánicas estamos atentando contra parte de nuestra identidad como mexicanos y sumiendo a la población en la ignorancia.
Ray Bradbury escribió en su novela futurística Fahrenheit 451 algo que espero este muy lejos de nosotros, dice: “Los años de Universidad se acortan, la disciplina se relaja, la Filosofía, la Historia y el lenguaje se abandonan, el idioma y su pronunciación son gradualmente descuidados. Por último, casi completamente ignorados. La vida es inmediata, el empleo cuenta, el placer lo domina todo después del trabajo. ¿Por qué aprender algo, excepto apretar botones, enchufar conmutadores, encajar tornillos y tuercas?”.
Menos mal que el futuro aun no nos alcanza, ¿o si?...



[1] Adolfo Gilly “La historia como crítica o como discurso del poder” en Historia ¿Para que?, Carlos Pereyra, et. al., México, Siglo XXI, 1988, p. 200
[2] Crf. Carlos Antonio Aguirre Rojas, Antimanual del mal historiador o cómo hacer una buena historia crítica, México, La Vasija, 2002, pp 12-13
[3] Documento Base Reforma Integral de la Educación Secundaria. Subsecretaría de Educación Básica y Normal. Noviembre 2002, p. 7, en http://www.sep.gob.mx
[4] Ibid., p. 19 en cursivas el original
[5] Entrevista de Claudia Hernandez Beltrán, La Jornada, 22 de junio de 2004, Judith Amador Tello, “Reforma, sólo si hay consenso”, Semanario Proceso No. 1445 11 de julio de 2004, p.58
[6] doc. cit., Documento Base…pp. 20 y 22

Comments:
Lic. he leído su comentario y estoy en total acuerdo con Ud. soy Pedagoga egresada de la UNAM y actualmente laboro como docente de primaria y evidentemente al Estado le conviene mantener esa cultura de pasividad absoluta en la que México se ha mantenido desde la Revolución y digo como país porque en sus diversos ámbitos debo enfatizar la Huelga de la Universidad más destacada de Latinoamérica, pero que genera una gran cantidad de ladrones, secuestradores, revoltosos y demás sujetos negativos para la sociedad desde la perspectiva del poder, ¿será porque se les recuerda que son espurios?

Este ciclo escolar 2000-2010 voy a impartir el quinto grado y será el último con el plan 1993, donde ciertamente, se tienen como contenidos históricos desde la pre-historia hasta México contemporáneo (claro para 1992) a nivel internacional pero, en el nuevo plan para este mismo grado se iniciará con el México independiente que era el inicio del sexto grado.

Finalmente el gobierno en turno desde su perspectiva de dominio precisa hacer nula la historia antes que ser cuestionado por la misma.

En definitiva el recorte de contenidos no es la solución a la mediocridad en la que se encuentra la educación básica de este país, sino, al tradicionalismo en el que se estancó la profesionalización del docente y hoy es evidente la incompetencia de la SEP; ella misma pone en tela de juicio a quienes forma si les otorga el título es porque están capacitados para el ejercicio docente ¿o no? ahora duda, de lo contrario ¿para qué el examen de oposición para otorgar plazas?
 
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